jueves, 20 de febrero de 2014

Pidamos la paz viviendo la fraternidad



Buscamos la paz para el mundo, que se acabe la guerra en Siria, el conflicto en Ukrania, que cese la violencia en Venezuela, que ningún país o región del mundo sufra el dolor de sus hijos muertos o heridos por luchas fratricidas ni de unas naciones contra otras.

Queremos la paz para todo el mundo, insistentemente, también entre nosotros y más aún: en nuestros corazones, pues si no hay paz en nuestro interior, si la paz no anida en nosotros… ¿qué paz vamos a transmitir a los demás?.

Deseamos la paz… pero no cualquier paz, sino aquélla que Dios nos da, la que viene de las palabras de Cristo: “La paz para ustedes, no como la da el mundo sino la de Dios Padre”. Porque sólo así esa paz será auténtica y duradera.

Y no sólo pidamos,… pero si hay que pedir… roguemos a Dios que nos infunda un corazón nuevo repleto de fraternidad pues es desde ella que podremos construir una paz fundada no en la ausencia de violencia sino en la realidad de una verdadera familia humana unida por unos vínculos que hagan imposible cualquier brote de odio, rencor o tentación de beligerancia de unos contra otros.

Que la fraternidad nos lleve a volver nuestra mirada a Dios y reconocerle como Padre, pero no “Padre mío” sino “Padre nuestro”, es decir… sintiéndonos entonces HERMANOS de todo ser humano, especialmente de los pobres y empobrecidos, de todos los excluídos: parados, jóvenes que buscan su primer empleo desde hace años ya, mujeres sometidas a la esclavitud víctimas de trata, quienes viven en la humillación de la mendicidad, los que carecen de vivienda, abandonados en los hospitales, encarcelados en las prisiones, inmigrantes que están todavía sin papeles y sin derecho a la Sanidad Pública de Canarias,…

Que esta fraternidad nos lleve a hacer nuestras sus esperanzas por recuperar su dignidad de hijos e hijas de Dios y no cesemos en ese empeño hasta que sus justas luchas y reivindicaciones sean alcanzadas y podamos por fin entrelazarnos todos, cogiéndonos nuestros brazos y clamar: “Padre Dios, somos tus hijos y juntos caminamos hacia ti pues somos de ti y sólo descansaremos hasta que seamos uno en ti”.
Justicia y Paz Tenerife

Comunicado para la "Peregrinacióin de Oración por la Paz"
Díócesis Nivariense

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