domingo, 6 de octubre de 2013

Poema de Luis Pastor


Ya no hay amaneceres
para los que no comen,  
para los que no duermen,  
para los que no trabajan.
Ya no hay revolución ni utopías.
La esperanza se perdió en las alcantarillas del Siglo XX.
Los sueños son una imagen digital codificada.
El siglo de las luces alumbró el templo de las finanzas,
-altar del nuevo milenio-
donde se ofrecen sacrificios al dios de Wall Street.
Dios único y verdadero  
que guarda sus ganancias en los bancos del mundo.
El mundo convertido en mercado y mercadería.
Mercado de valores que devalúan la vida,
que degradan al ser humano y al planeta.
Mercados que trafican  
con los nuevos esclavos
de la Aldea Global,  
desplazados de las guerras,  
el hambre, las enfermedades, la misería.
Mercados de emigrantes
que en las fronteras del capitalismo
aguardan su sacrificio de sangre,  
De soledad, de incomunicación.
Mercados de armas, del sexo, del turismo…
Del ocio, de la droga…
Mercados de órganos arrancados
a los miserables del mundo,  
a los indefensos del planeta.
Mercados de basura radioactiva,
de estrellas del deporte,  
de obras de arte, de animales,  
de productos transgénicos,  
de diamantes…
Mientras la memoria colectiva,  
viaja en Internet.
     
Luis Pastor

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