viernes, 28 de diciembre de 2012

Salvemos la hospitalidad

A vueltas con el Art. 138 bis del Código Penal.
¿Se acuerdan ustedes de la última reforma de la Ley de Extranjería y del Código Penal?. Ninguna de las dos reformas dejaron contentos a todos -en realidad eso es imposible, nunca llueve a gusto de todos-  a unos porque les parecían reformas bastante blandas: no aseguraban su tranquilidad y lograr estar al margen de lo que suceda a las 3/4 partes de la humanidad, a otros porque mirando lo que dicen los Derechos Humanos y lo que desde la fe podemos entender... nos parecía que el barco de la humanidad se estaba escorando clara y muy peligrosamente hacia el asentamiento de la exclusión social como estructura defendida por las propias leyes.
Pues bien, hay una nueva "vuelta de tuerca". Les invitamos a leer el siguiente documento que ha hecho circular el Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA:

lunes, 10 de diciembre de 2012

Encarnarnos en la Iglesia



MARC VILARASSAU ALSINA, SJ

Integrar en la fe la «cruz eclesial».
En otro artículo publicado decía que «el dog­ma cristiano de la encarnación no afecta sólo a la asunción de una carne biológica en Jesús de Nazaret, sino también de una carne histórica en la Iglesia... El deseo de seguir a Jesús pasa también por este Getsemaní ecle­sial». La pureza espiritual del Evangelio nos llega siempre a través de una mediación impura. Así son las cosas humanas, excepto para los ilumina­dos que viven en esferas diferentes. La «cruz eclesial» forma parte de la fe. No sólo la cruz, sino también la alegría eclesial, por supuesto; pero una de las razones de nuestra falta de alegría es que vivimos dicha «cruz eclesial» sin integrarla en la fe.

jueves, 6 de diciembre de 2012

¿Queremos que existan los Derechos Humanos?


El 10 de diciembre celebramos la jornada por los "Derechos Humanos".
Ya publicamos en este blog en el  año pasado un artículo que les invitamos a releer:
No vamos pues a repetir su contenido, por muy vigente que sea, sino insistir en la cuestión: ¿Nos los creemos?; es más ¿nos parece bien que existan estos Derechos Humanos?. Lo podemos cuestionar por razones bien objetivas ya que cuando estamos en desacuerdo con algo tendemos a expresarlo de diversas maneras:
  1. Lo descalificamos atacándolo con todos aquellos argumentos con que contamos.
  2. O sencillamente lo ignoramos: no hacemos absolutamente nada, como si eso no se hubiese dado.